La tribu que sostiene

La tribu alimenta, cura, arropa, calienta, reconforta, sostiene, empodera, emociona…

Colalres.JPGAlimenta saber que no estás sola, que puedes reconocerte en otras, sentir la empatía y la cercanía, como un espejo en el que poder mirarte con amor, cuidado y respeto. Alimenta sentir que tus nuevas hermanas te escuchan y te acompañan sin juzgar. Alimenta el bien merecido masaje que puedes darte porque tus comadres te cubren y sabes que tu criatura está en las mejores manos. Alimentan los tupper en la alfombra del salón mientras los bebés juegan.

Cura escuchar a otra madre compartir la experiencia de su cesárea, ayudando a cicatrizar un poquito más amorosamente la tuya. Cura compartir las dudas, los miedos, y descubrir las cosas que nos unen. Cura sentirse rescatada, tras un posparto duro y oscuro y verse por fin disfrutar de la maternidad acompañada. Cura la luz que ayuda a salir del pozo, y que hace sentirse más fuerte y capaz, sabiendo que hay detrás tantas mujeres maravillosas que sostienen.

Calienta, da seguridad y tranquilidad saber que está ahí, sentirse parte de esta crianza compartida, de algo tan poderoso como compartir experiencias, sentimientos, día a día. No saber qué hacer y verte reflejada en otra que te cuenta cómo hizo. Verse por fin respirar tranquila, gracias a ese soplo de aire fresco que te saca del pozo y deja atrás la soledad.

fuego.JPGReconforta cuando te despiertas a las tres de la mañana y sabes que hay otras como tú entre desvelos y llantos pensando también en tí. Reconforta la palabra clave en el momento oportuno, ese mensaje de apoyo que tanta fuerza dió en un momento bajito, de esos que todas tenemos y del que con la tribu cerca, salimos fortalecidas. Reconforta ver que las mujeres somos capaces de crear espacios de sororidad de la buena, de comprensión, amor, apoyo incondicional y empoderamiento. Impresiona leer a un montón de madres ofreciendo hasta la leche de sus pechos.

Arropa como si fuera una familia cercana, siempre con el apoyo y la ayuda ahí cerca. Arropa saber que no muy lejos siempre hay alguna dispuesta a achucharte, comprenderte, o simplemente sonreírte de manera cómplice pues sabe lo que te puede estar pasando. Arropa el amor y disposición infinitos, las frases cercanas y certeras. Arropan los bodies que justo te faltaban y aparecen en la puerta. Arropa que alguien se ofrezca a teñirte las canas al fin. Que alguien te acompañe a la peluquería para poder disfrutar al 100% de ese masaje de cabeza mientras te lavan el pelo.

Sostiene, recibir una visita a los pocos días de parir, con los ojos llenos de telarañas y las tetas a reventar y te digan que todo va bien. Que aparezca un sacaleches en tu casa en plena crisis de lactancia. Aprender a hacer un nudo del fular en vivo y en directo porque en los vídeos de youtube no te enteras, y de repente… tachán! tienes las dos manos libres. Sostiene que alguien te lleve a los mayores al cole cada día para que no tengas que sacar al bebé con el frío por la mañana. Sostiene saber que tienes un apoyo incondicional y empatía genuínas, por personas que están pasando lo mismo que tú. Sostiene el refugio, la mirada cómplice, cuando sientes que se enfría la relación con personas que en otro tiempo eran amigas.

Sostiene, cuando tienes que ir a urgencias con el pequeño y alguien se planta en tu casa a media noche para quedarse con los mayores sin haber llegado siquiera a pedirlo, o cuando se organizan tantas personas para cubrir todo lo necesario una vez que tu bebé ingresa en el hospital y los otros se quedan en casa. Sostiene la sopita casera de quien, teniendo que ir al hospital  a consulta por encontrarse mal, te llama preguntando el número de habitación, o que te digan que alguien pasó por casa a dejar una tortilla para la cena. Y las empanadillas amorosas que aparecen cuando tienes el estómago cerrado pensando en la comida del hospital. Sostiene poder leer cada día montones de mensajes de ánimo que te levantan aunque estés agotada. Emociona ver que aún pasando por un momento difícil, puede más la sensación de agradecimiento, y los ojos se desbordan de lágrimas de la emoción de sentirse tan acompañada.

tribu.JPGEmpodera recibir la fuerza para hacer aquello que no te atreverías, porque sabes que si te rompes, te recompondrán. Empodera sentirse de vuelta a nuestra parte ancestral y más humana, pudiendo ser una misma sin miedo a no ser la madre perfecta, que tampoco quieres ser. Saber que no estás sola. Empodera poder reafirmarte en lo que crees para pasar cada día más de las opiniones que no has pedido en momentos emocionalmente delicados. Empodera ver que dices «…y si…» y siempre hay un «¡vale! hagámoslo!»

Emociona darse cuenta del poder que tenemos, de la potencia del grupo, de las ganas que tenemos de cuidarnos unas a otras. Emociona sentir que podemos soltar, desaprender eso de que hay que ser autosuficientes, poder solas con todo, guardarnos nuestras angustias y preocupaciones. Emociona ver la espiral que se forma cuando te dejas cuidar, y se disparan a la vez las ganas de cuidar, y notas que aquello crece y crece y se desborda y no hay quien lo pare.

Dicen que los bebés traen un pan debajo del brazo, a nosotras nos han traído una tribu…

2 comentarios de “La tribu que sostiene

  1. A mi la maternidad también me ha traído una tribu bajo el brazo, me llegó un poco tarde, eso si y muchas veces me he sentido muy sola. No estamos tan organizadas como vosotras pero si nos encargamos de sostener a las nuevas mamás que llegan a nosotras en nuestro municipio. Fuerte abrazo, tenéis una iniciativa preciosa!

  2. Hermoso, me han salido lágrimas leyendo el texto, porque la tribu es de lo más sagrado que hay en la maternidad. Dentro de poco me mudaré a la sierra y me llena el corazón saber que podré conocerlas. Gracias por ésta iniciativa♡

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